La Fuente De Los Meones
La Fuente de Híspalis, como oficialmente se llama, fue encargada en 1928 por el Ayuntamiento de Sevilla con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Este majestuoso complejo escultórico fue diseñado por Juan Bautista Míguez Roca y realizado por el escultor Manuel Delgado Brackenbury.
La fuente, inaugurada en 1929, se convirtió rápidamente en un símbolo de la ciudad. En su diseño original, no solo destacaba la majestuosa figura central que personifica a Sevilla, sino también cuatro niños adicionales que flanqueaban la taza de la fuente, cada uno sosteniendo una caracola que servía como surtidor de agua. Por la forma en la que fluía el agua, la fuente adquirió el apodo popular de "Fuente de los Meones".
La parte superior de la fuente está coronada por una escultura que representa a una nereida, vestida con una túnica, sentada sobre una flor de loto, acompañada de seis niños montados en tortugas gigantes. Estos detalles simbolizan el avance lento pero constante de la ciudad. Junto a la nereida, también encontramos una rueda dentada que representa la industria, el caduceo como símbolo del comercio, y hojas que evocan la agricultura. La actitud reflexiva de la dama central refleja la profunda conexión de Sevilla con su pasado histórico.
Sin embargo, en los años 70, la fuente fue desmantelada debido a las obras del metro. Aunque después de la cancelación de ese proyecto la fuente fue restaurada en su ubicación original, las figuras de los niños, los famosos "meones", desaparecieron y no se supo más de ellos... hasta que, finalmente, en el año 2015, los niños fueron recuperados y la fuente fue restaurada por completo, recuperando así parte de su diseño original.
Desde su creación, la Fuente de Híspalis ha sido un emblema de Sevilla, un reflejo del avance, la historia y el espíritu de la ciudad.
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